nos queda tiempo para dudar,¡inverbe tiempo!

A ella le colgaban los pies del asiento,a èl le sobraban las extremidades.
Se dispersaban por entre sus marchitas pupilas un comùn amor,y entonces llegò lo que es comùn que llegara.Aterrizò entre su conciencia y su desesperaciòn,la bien reconocida angustia de la realidad.No llegaba con aires de reflexiòn sino con ganas o hasta ansias de deshidratarme.
Convencida de que no hay màs razones para caer,porque ya no habìa màs espacio que estuviese debajo mìo.
Las peores huellas,entonces,las iba a dejar el destino.
Sabìa que no tendrìa que haber estado en ese lugar ni en ese momento,tendrìa que haberme escapado de los impactos y haberme desentendido de los antònimos descontentos que bien supiste decorar.Si queda algo por sufrir yo ya no lo necesito,yo tengo cartòn lleno en mis malas jugadas y un des-esperanzado aumento de taquicardia.
Sabìa que los dìas despejados iban a provocarme tormentas.Es que no me lo propongo,simplemente me pasa.Me pasa por encima,todo lo que no es bueno,me deja en una desnudez emocional y afectiva.Nada me cubre,nada me protege.Soy yo,o lo que pretendo que soy,contra las intemperies de los malos momentos.
Gracias a que soy una làgrima en tanto mar,y me siento una en un millòn de saladas tristezas,puedo entender porquè llenar vacìos puede ser una de las pocas salidas para abrir nuevas entradas.

(touchè-ya-no-pienso-màs-nada.
ahora-venì-vos)