La duraciòn de los (tus) cigarrillos

¿Què es lo que se infecta entre mi espalda y el aire que entra de casualidad?
Me estarè quedando sin aire, prefiriendo no correr riesgos de inflarme de paciencia.
Me voy descascarando, esperando que las ideas broten de algùn suceso pasado, dejando de proyectar lo aventurado del porvenir.
Dejen de eclipsarse entre sì, no hace falta quemarse con miradas tan ingenuas...
Harè carteles anunciando la esperanza que todavìa no se quemò. Hay una alquimia llena de desgarradoras preguntas, creo que algunas pocas podrè contestar. Por ahora asumo el riesgo de querernos y dejarnos querer.
(ese es uno de todos tus temas,dejate querer Sofìa!)
Hay mucho vacìo que llenar, y mucha fatalidad filtràndose ente mis palabras.
Y te fuiste,
sin la menor intenciòn de saber si eso iba a provocar algo en mì.
Me dejaste,
con los amaneceres, las ideas, las mentiras, las uñas resbalando promesas, las gotas vacìas de tanto vapor, con los colores en las retinas, con las sàbanas rotas, con las làgrimas deprimidas, con los gustos todavìa pululando en mis labios, con todo en un vacìo lleno de nada.
Y volviste,
con la furia que te obliga el camino de vuelta, con las ambiciones a media asta, con los sombreros a medio colgar, con las sonrisas casi imperceptibles, con la timidez que tanto te costò recuperar.
Te ibas temblando, còmo si el exterior fuese siempre inmutable y vos, anacrònico... te movìas incesante, escalofriante.
Que deshojen margaritas los romànticos, nosotros nos encargaremos de hacer brotar esas flores abusadas de cariño e indecisiòn.